Coronavirus: La percepción del tiempo alterada por el encierro

Coronavirus: La percepción del tiempo alterada por el encierro

Para la gran mayoría de las personas, la cuarentena impuesta por la pandemia del Covid-19 condujo a
una sensación general de que el tiempo parece estar suspendido y el presente se está expandiendo
Cada vez anochece más temprano pero los días se sienten más largos. Las mañanas se
siguen y se parecen entre sí, a veces es difícil diferenciar en que día de la semana nos
encontramos. El encierro, debido a la pandemia del Covid-19 generó una distorsión en
la percepción del tiempo. Por eso resulta fundamental saber a qué se debe este
fenómeno y cómo regularlo.
“Pareciera que el tiempo transcurre más lento, según reportan las personas que
alertan de una distorsión del mismo”, afirma Pedro Bekinschtein, Director de
Investigación de la Fundación INECO, y agrega que principalmente esto se debe a la
carga cognitiva que tenemos, ya que ahora estamos realizando más tareas en el mismo
intervalo de tiempo que las que hacíamos cuando no estábamos aislados. Al trabajo
habitual se sumaron las responsabilidades de la casa, el aprendizaje sobre el uso de
una comunicación virtual, el tener en consideración las reglas de higiene, entre otras
cuestiones.
Por ende, nos vemos obligados a tomar más decisiones, de las que antes eramos
conscientes. Son aspectos que previo a la cuarentena eran parte del “background” de
nuestra vida cotidiana, y no eran consdierados como actividades productivas.
Asimismo, la falta de visibilidad de una fecha final del encierro, y más aún de la
pandemia, acentúa la impresión de que el tiempo se está extendiendo.
Una de las paradojas es que, a pesar de que el tiempo parece ralentizarse en el
presente, se comprime en el pasado. Cuando queremos recordar lo que hicimos ayer o
antes de ayer, parece que no hubiéramos hecho nada. Todos los días se asemejan
entre sí, lo que hace que nuestros recuerdos se hagan generales y contengan pocos
detalles.
En lo que refiere a consecuencias en nuestra salud, el especialista de INECO considera
que este fenómeno no resultaría preocupante si no estuviese vinculado con los ajustes
de los ritmos circadianos: “Nuestro reloj interno se sincroniza con la luz del día y la
noche y eso controla un conjunto de otras actividades que realizamos. Si comenzamos
a tener conductas en donde perdemos la rutina, el reloj necesita sincronizarse y tarda
en hacerlo”. En ese caso, el profesional advierte que existen evidencias de desarrollo
de enfermedades neurodegenerativas o de riesgo cardíaco, entre otras .
La cuarentena acrecentó la sensación de que “el tiempo no pasa más”, o de que “esto
es interminable”, debido a la falta de estímulos nuevos durante nuestra jornada. Por
este motivo, una de las herramientas que recomienda Bekinschtein es forzar que
ocurran sucesos nuevos o eventos novedosos a lo largo del día. Por ejemplo, estudiar
un idioma, mirar una película, leer un libro de un género distinto del que solemos
incursionar, o inclusive contactar a personas para saber cómo están e intercambiar
consejos para tener una cuarentena más llevadera.

“Mantener una rutina en la que se realicen actividades a la misma hora para
señalizarle al cerebro qué hora es, resulta primordial, ya que a veces con el reloj digital
no alcanza”, sugiere el Director de Investigación. Esto no solamente va a contribuir a
nuestra percepción del tiempo, sino también a evitar el insomnio y posibles síntomas
de ansiedad.
Una sociedad que está habituada a centrarse en el futuro, hoy tiene otro desafío: vivir
permanentemente en el presente. A pesar de que parezca agobiante o aterrador, los
individuos cuentan con la capacidad de adaptación para hacerlo. Es el momento para
repensar nuestras prioridades y recuperar ese bien que tanto nos cuesta administrar,
el tiempo.

Fuente: Necochea Hoy – Tucuman a las  7 – El submarino – El editor  platense – Consenso Salud –

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